«Las chicas no sois tan buenas como los
chicos.»
Aún después de
diez años ella recordaba alguno de los muchos comentarios a modo de burla que
recibía tan solo por querer jugar al fútbol con los chicos de su clase.
Momentos
después, el árbitro indica con su silbato el inicio de partido. Paula es la
primera en tocar el balón. Ella corre con el esférico y realiza un pase a su
compañera María. Ambas triangulan varias veces entre si la pelota evitando a
varias jugadoras del equipo contrario. María cruza el cuero a la banda donde
esta Sonia, quien lo controla y con bastante eficacia centra el balón hacia el área
enemiga. Paula llega justo para recibir el centro de su compañera y casi sin
margen dispara a puerta con un potente chut. Lidia, la guardameta del Deportivo
Atlético se lanza para atraparlo, pero no lo logra y la pelota rebota en el
travesaño saliéndose por la línea de fondo.
«Puedes hacerlo bien o mal, pero debes creer
siempre en ti. No importa el resultado, solo que creas en tu capacidad de
conseguirlo.»
Paula se maldice
por la oportunidad fallida cuando recuerda las muchas veces que se equivocaba
en los entrenamientos de su primer año, pero su entrenadora Marina, siempre
tenía palabras de aliento que la hacían volver a intentarlo de nuevo.
El partido se
reanuda con un saque de portería en largo. Una jugadora del Deportivo Atlético
recibe el balón y con un hábil toque con el pie, le hace llegar la pelota a la
goleadora Esther, que corre con el esférico y las defensoras del club vallecano
no pueden frenarla. Una vez Esther llega al límite del área, dispara a puerta,
pero Sonia bloca el balón con los puños evitando el primer tanto.
El encuentro
prosigue, una vez han transcurrido los treinta primeros minutos del primer
tiempo, ninguno de los dos equipos ha logrado meter un solo tanto. Paula corre
ahora con el esférico y evita la entrada de una jugadora rival, antes de pasar
el cuero a su compañera Elena. Sin embargo, la centrocampista Irene intercepta
el balón y corta la jugada de las vallecanas. Paula y Elena reaccionan rápido,
pero la jugadora del Deportivo Atlético es más rápida y logra centrar al área.
La guardameta Sonia intenta atajar el balón, pero no se percata de que Esther
ha saltado unos momentos antes y cabecea el balón introduciéndolo en la red.
El Deportivo
Atlético se pone por delante en el marcador. Las jugadoras del Relámpago de
Vallecas sacan del centro de campo y ahora son las que intentan controlar la
posesión del balón con cortos pases, mientras que Paula y Elena encabezan el
ataque. En apenas unos segundos las dos delanteras llegan al área rival, pero
ambas están muy bien marcadas. Lo intentan en varias ocasiones, pero no tienen
ninguna oportunidad clara. Tras conceder dos minutos de descuento termina la
primera parte con un resultado de cero a uno en contra de las vallecanas.
En los
vestuarios, Miriam intenta animar a las chicas del conjunto vallecano que
parecen desilusionadas por cómo ha transcurrido el primer tiempo, para después
darles nuevas instrucciones.
—¡Vamos,
vosotras sois las guerreras de Vallecas! ¡Salir al terreno de juego y darle la
vuelta a ese marcador!
Paula y las
demás escuchan con atención las palabras de su entrenadora. Después de que
pasan los quince minutos de descanso, todas regresan al terreno de juego.
El partido se
reanuda y durante los primeros minutos, las vallecanas juegan con más precisión
en sus pases y generan más ocasiones de peligro. En el minuto cincuenta y dos,
Paula logra internarse en el área rival, pero tiene a dos defensoras entre ella
y la portería. Por lo que decide retrasar el esférico a Elena, que no esta tan
marcada y está sin pensarlo efectúa un potente disparo directo a puerta. Lidia
se lanza para detenerlo, pero el cuero roza sus dedos y el balón entra en la
portería del Deportivo Atlético, logrando que las vallecanas empaten a uno.
El juego se
reanuda enseguida y ahora la intensidad del encuentro se recrudece durante más
de treinta minutos. Paula y Esther se disputan un balón, ambas con el objetivo
de conseguir el tanto que les de la victoria a sus respectivos equipos.
«Hija, tu llevas el fútbol en la sangre.
Nunca dejes de practicarlo y lucha siempre por tu sueño.»
Aquellas últimas
palabras del padre de Paula antes de morir, quedaron grabadas a fuego en su
mente y sabía que jamás las olvidaría.
La jugadora
vallecana logra dejar atrás a su rival, que con el balón en los pies regatea a
dos defensoras más. Una vez llega al área enemiga esta no lo duda y dispara a
portería. Lidia intenta detener el balón, pero no logra alcanzarlo y el
esférico entra por la escuadra. El tanto sube para las vallecanas que se ponen
por delante a menos de diez minutos del final.
Los aficionados del
Relámpago de Vallecas rugen con el tanto de Paula, quien lo celebra con sus
compañeras.
—Papá, cumpliré mi promesa. Me esforzaré para
jugar en la primera división. Haré que te sientas orgulloso de tú guerrera y
veas como lucho por alcanzar mi sueño.
Jesús Mesado Sánchez